El corazón que habitaba en la ligera y estrecha morada de mi pecho alegre ese corazón de pluma y trino ha crecido de libertad y se ha vuelto ave ave en vuelo ave marcada por la blancura que pinta de islas el cielo acariciando los rayos de sol que cual cuerdas vibran con canto de oro con la melancolía escondida en un citar de fuego en los ojos aburridos de mil paisajes grises que al parpadear se colorean de sangre palpitan de colores cuentan la verdadera historia de boca a boca y de corazón a corazón de pupila a pupila túneles de neón cubiertos en la liquida memoria de troncos con raíces vacías y rostros bailando en espiral vértigo que sabe a caída oscura ácido que recorre cada cavidad con la precisión de una aguja venenosa lanzada a matar. Selket Yhay