Me considero más una persona de perros que de gatos, en parte por que soy alérgica a su pelo y también por que disfruto más en mi espacio la alegría y cariño que brinda un pequeño can (vivo con mi pequeña y peluda compañera coco: una french poodle negra, bastante simpática). Si bien es cierto que los gatos, al igual que los perros, se han domesticado desde la antigüedad, siguen teniendo una actitud independiente y felina que les da ese aire de pequeños tiranos egoístas, aunque eso son solo juicios. El gato solo es gato, un individuo, pienso, con personalidad enigmática, elegante y dominante. Simplemente no pude resistirme al encanto de este pequeño atigrado y el contraste de su pelaje brillando afuera de la ventana. Cabe recordar que este animal tiene una gran carga simbólica, sagrada y mitológica en muchas culturas y épocas, por mencionar alguna, (mi favorita, no voy a negarlo) esta la diosa Bastet en el Egipto antiguo, que representaba fecundidad, belleza, la noch