Ilustración

¡Grito por la música!

3:43 p. m.


Proceso:


“Todos tenemos la misma madre, la rebelión. Sólo un padre diferente, el estilo. Todos somos hijos de una lengua bastarda, pero tenemos más cosas en común que diferencias” Chaz Bojorquez.

Ésta frase describe muy bien el fin que tiene el arte urbano, que a veces ha sido catalogado, como un acto de vandalismo, una forma en que las calles se van degradando. Pero las calles en si, ya están degradadas, y también lo está la sociedad, el sistema, el entorno de estos artistas del  aerosol o del performance. Es por eso que al rayar las calles, representan cada cicatriz que les ha dejado la vida en las grandes urbes. Al principio son heridas invisibles que cada callejón, calle, callejuela, portón o pared poseen, como un cuerpo que ha sido azotado por todos esos problemas sociales que parecen no tener solución. Ellos están ahí para darles sangre de color y vida a estas heridas, para que la gente “se quite la venda de los ojos” o la mordaza de sus bocas. Después de todo ninguna herida parece grave si no tiene sangre. 

Aunque estoy de acuerdo con que todos los graffitis, placas y rayones que abundan en las calles son una forma activa de rebelión y manifestación contra el sistema, no creo que todas estas puedan ser consideradas “arte” como tal, aunque eso sólo el tiempo lo dirá. Pero el día de hoy, de todas estas formas de manifestación que observo diariamente y que predominan en el paisaje, saltando a la vista, contrastando con alguna persona de ropa elegante, o algún auto lujoso, sólo algunas son estéticamente bien realizadas, con calidad en los colores, en las texturas y líneas, el trabajo realizado puede ser digno de cualquier otro artista que pinte sobre un lienzo. 

Sin embargo, el arte urbano no tiene como fin ser arte sino despertar conciencias y mover cuerpos, para poder exigir nuestros derechos, mostrar nuestro descontento ante la realidad. 

Esta pintura en lienzo es un tributo al arte urbano. Es una rebelión hacia la degradación de la música, un grito operístico y pasional  encabezado por una de las grandes cantantes de la historia: Maria Callas, que reclama a la sociedad el olvido del arte y la verdadera composición, esa Música con M mayúscula que va más allá de lo visual, ritmos pegajosos y vestuarios llamativos; y no sólo me refiero a  la ópera como verdadera música (la elegí como representante por su intensidad), sino a demás géneros que prevalecen en el tiempo por lo que nos hacen sentir, cuando llegan a nuestros oídos y nos tocan el alma. 

Simulación en pared:


Esta simulación es para no olvidar que el arte urbano es la sangre de las heridas de la sociedad, su lugar es en las calles.

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Técnica mixta: Pintura acrílica sobre lienzo, collage y aerosol aplicado con stencil. Simulación en Photoshop.

Escritos

Tiempo

11:09 p. m.



“(…) digamos me hace falta
tiempo sin tiempo.”
Mario Benedetti

Quiero hablar del tiempo, porque lo relaciono con la espera de la muerte. Cuando hablo de él nunca pienso en el pasado, sino en aquel que transcurre, que da a luz un segundo y luego lo mata. El tiempo es una madre cruel.

Si el tiempo fuera liquido, los segundos serian gotas, nos iríamos hundiendo hasta morir de asfixia. Nuestras lágrimas salen cuando el tiempo nos inunda por dentro y se derrama a través de nuestros ojos, esos blandos cristales por los que el alma lo mira transcurrir.

El tiempo tiene conciencia propia, porque me quita el sueño, ¿será porque en los sueños no existe, y no quiere ser olvidado?, o cuando hace mis esperas más largas, me conoce, se burla de mi cuando quiero matarlo, y me perfora de impaciencia con golpecitos en la mente.

“Tiempo al tiempo”, unos dicen. Tremenda contradicción; es alimentarlo, llenar su ego, reflejarlo en un espejo que atraviesa como un portal, que lo hace más largo y cruel.

Pensar en él me quita el tiempo, ironía que alimenta su conciencia narcisista, y una vez más me recuerda su existencia, me envuelve en un círculo vicioso de segundos estancados.

¡No más pensar en él, ni en cómo matarlo!, pero ¿cómo dejar de mirarlo y escucharlo, si esta frente a mi siempre?, no quiere que lo olvide el muy egoísta.

Entonces en un impulso de vida miro las aves, miro las plantas cubiertas de lluvia. La lluvia son segundos que se suicidaron para adelantarse a su madre el tiempo. Y luego pienso en eso, precisamente en eso: suicidio. No dejaré que me mate; no llenare su ego con mi inútil vida de anciana, ni le daré mi último y lastimero suspiro. Pero el suicidio es hacerle saber que ganó.

Escucho de pronto que la vida me reclama, me recuerda que está ahí también. Aunque él mata, ella aparece después, desquiciándolo, llenándolo de ira. Nunca la podrá matar para siempre.

Entonces vuelvo a mirar las aves; ellas no saben que el tiempo existe, no saben que van a morir. A ellas no les quita el sueño, solo viven, vuelan, se bañan en la lluvia (segundos suicidas), y mueren.

¡O bendita razón que nos separas de la naturaleza y nos haces inventar segundos, horas, días, meses, años para cuantificar nuestra existencia!

Ahora lo entiendo, si el tiempo no existe para las aves, no debería existir para mí, pues somos hijas de la misma madre: la vida. Ella es lo único que existe, nunca se acaba, nunca muere, siempre renace.

Algún día la vejez me bañará el cuerpo de pliegues, pero quiero llegar a ella también con arrugas en el alma. Cuando sea anciana, mis ojos se llenarán de recuerdos, y no de tiempo. Él seguirá ahí, amenazando con matarme, pero la vida me habrá inundado, dejándole un pequeño lugar reservado para el reloj.

Las arrugas llenarán mi piel y mi alma, por que habré dejado una esperanza en el mundo encarnada en mis hijos; habré hecho llorar con mi canto a un público; habré plasmado cada sentimiento y vivencia en pinturas y dibujos; habré alzado mi voz para denunciar la injusticia; habré conocido, si bien no todo el mundo, cada parte de mi itinerario; habré hecho el amor, me habré desbordado del calor de nuestras pieles unidas, lo suficiente para apagar todo deseo de mis entrañas.

Si tengo suerte, antes de morir entre tus brazos, anhelaré que, algún día, renazcamos siendo aves, y así volar, cantar, bañarnos en la lluvia sin pensar en ese artificio que nos roba la vida: el tiempo.

Selket Yhay

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Técnica digital: collage de fotografías e imagenes en Photoshop.

@selketyhay