Proceso:
“Todos tenemos la misma madre, la rebelión. Sólo un padre diferente, el estilo. Todos somos hijos de una lengua bastarda, pero tenemos más cosas en común que diferencias” Chaz Bojorquez.
Ésta frase describe muy bien el fin que tiene el arte urbano, que a veces ha sido catalogado, como un acto de vandalismo, una forma en que las calles se van degradando. Pero las calles en si, ya están degradadas, y también lo está la sociedad, el sistema, el entorno de estos artistas del aerosol o del performance. Es por eso que al rayar las calles, representan cada cicatriz que les ha dejado la vida en las grandes urbes. Al principio son heridas invisibles que cada callejón, calle, callejuela, portón o pared poseen, como un cuerpo que ha sido azotado por todos esos problemas sociales que parecen no tener solución. Ellos están ahí para darles sangre de color y vida a estas heridas, para que la gente “se quite la venda de los ojos” o la mordaza de sus bocas. Después de todo ninguna herida parece grave si no tiene sangre.
Aunque estoy de acuerdo con que todos los graffitis, placas y rayones que abundan en las calles son una forma activa de rebelión y manifestación contra el sistema, no creo que todas estas puedan ser consideradas “arte” como tal, aunque eso sólo el tiempo lo dirá. Pero el día de hoy, de todas estas formas de manifestación que observo diariamente y que predominan en el paisaje, saltando a la vista, contrastando con alguna persona de ropa elegante, o algún auto lujoso, sólo algunas son estéticamente bien realizadas, con calidad en los colores, en las texturas y líneas, el trabajo realizado puede ser digno de cualquier otro artista que pinte sobre un lienzo.
Sin embargo, el arte urbano no tiene como fin ser arte sino despertar conciencias y mover cuerpos, para poder exigir nuestros derechos, mostrar nuestro descontento ante la realidad.
Esta pintura en lienzo es un tributo al arte urbano. Es una rebelión hacia la degradación de la música, un grito operístico y pasional encabezado por una de las grandes cantantes de la historia: Maria Callas, que reclama a la sociedad el olvido del arte y la verdadera composición, esa Música con M mayúscula que va más allá de lo visual, ritmos pegajosos y vestuarios llamativos; y no sólo me refiero a la ópera como verdadera música (la elegí como representante por su intensidad), sino a demás géneros que prevalecen en el tiempo por lo que nos hacen sentir, cuando llegan a nuestros oídos y nos tocan el alma.
Simulación en pared:
Esta simulación es para no olvidar que el arte urbano es la sangre de las heridas de la sociedad, su lugar es en las calles.
***
Técnica mixta: Pintura acrílica sobre lienzo, collage y aerosol aplicado con stencil. Simulación en Photoshop.
Comentarios
Publicar un comentario