Escritos

Cansada de no esperar

10:51 p. m.

La dama dorada

llama adorada

vida amarga que se va

y que viene de regreso

se le enreda a la muerte

entre los huesos

me mira y me dice: 

no llores más mi niña

no te sientas perdida

entre mi manto las estrellas 

son besos de luz del universo

caricias celestiales 

que con la luna te guían

hacia un nuevo comienzo

una nueva armonía

de acordes arcoíricos

de paisajes idílicos

manos entrelazandose 

en el viento.


La nada

me dió todo

acurrucando mi alma

entre el calor 

de cuatro pupilas 

mordiéndose 

colisionaron

abrazando con su mirada 

la oscuridad de mi ser

la inmensidad de la sed

que no he logrado saciar

llamando al amanecer

ni ahogándome en el mar

de brazos y camas

de pieles y almohadas

desnudándome

atándome

para luego dejarme

con la puerta cerrada

dando la espalda 

a la sonrisa forzada

carne mutilada

ave vulnerada

de decepciones enjaulada

a un sueño aferrada

con la mente afligida

de esperas y desencantos

miedos, rocas y llantos

fantasmas y silencios 

hongos y huecos

sangre que brota

de una carcajada en boca mentirosa

con la posibilidad de un regreso

como si la vida se burlara 

de lo desdichado que es 

estar cansada de no esperar.


Refugiada como una niña

entre la guerra de los años

contemplo los daños

venciendo el miedo

a la inquietud y a los regaños

que mezclan con ansiedades 

el espejo maldito  

de oraciones

y el reflejo bendito

de colores

flotando y retoñando 

floreciendo de emociones

caminando entre las huellas

de los que me habitaron 

y penetraron con sus pies

la tierra de mis venas

sembrando el alimento

que me alejó del viento

que me quitó el aliento

que me atormenta 

y cala por dentro

calla, tan incierto

como el frio

como el desierto

como estar enterrada

en la sagrada sal del sufrimiento

que cauteriza la herida 

de lo etéreo

me mece y le saca brillo

me confronta

y me obliga a amarla

con dulzura mirarla

como nadie la ha mirado jamás

y pasa por mi mente

un pensamento fugaz:

no soy mas que un costal

de carne y huesos

de arena y sueños rotos

que la tormenta arrastró

tan cerca y tan lejos

de mi hogar.


Desde las alturas 

me atrevo a mirar

soy como una hoja 

que el viento destroza

y solloza temblorosa

al tiempo que las gotas

se escurren entre las raíces 

de mi tristeza 

para hacer germinar

ojos desgranados

manos aferradas 

a unos labios 

tibios y nublados 

buscando latidos

un momento de olvido

de juego y alivio

como un niño

que desea entrar

a lo desconocido

y saber los secretos

de la araña o del grillo 

de aquel primer amor

con sabor a ciruela

con canciones de esperanza

y palomas mensajeras

sin palabras embusteras

que dicen estar amando

antes de que la vida se burlara 

de lo desdichado que es 

estar cansada de no esperar

pero esperando.


SELKET YHAY


@selketyhay