Anoche volví a soñar con monstruos cuando desperté las cortinas se lanzaron como almas de roca a mis piernas Intenté patear el vacío pero tras luchar, él logró asfixiarme con miradas repletas de silencio, con el sabor de setenta puntas de alfiler La huida fue tan llena de noche como dedos congelados de terror en la inexistencia de un abrazo de calor imaginario Temo dormir, temo soñar pero mas temo correr sin Luna arrastrando el cansancio como ojeras de fango que pesan de muerte. Selket Yhay