Tinta sobre papel + color y textura digitales
Siempre me ha parecido maravilloso y enigmático que en casi todas las culturas existe una criatura arquetípica con las características del dragón, que, aunque con distintos rasgos según cada cultura, me aferro al igual que la criptozoología a creer en que alguna vez existieron estas bestias poderosas, que en nuestro mundo totémico nos pueden ayudar a vencer todos los miedos.
Quise representar una especie de dragón primigenio, una mezcla de todas las culturas, un dragón elemental y mágico.
(Leyenda maya) Los mayas, más viejos y sabios, cuentan que los dioses crearon todas las cosas de la Tierra. Y a cada animal, a cada árbol y a cada piedra le encargaron un trabajo. Pero, cuando ya habían terminado, notaron que no había nadie encargado de llevar los deseos y los pensamientos de un lado a otro. Como ya no tenían barro ni maíz para hacer otro animal, tomaron una piedra de jade y tallaron una flecha. Era una flecha muy chiquita. Cuando estuvo lista, soplaron sobre ella y la flechita salió volando. Ya no era una flechita, porque estaba viva. Los dioses, habían hecho un colibrí. Era tan frágil y tan ligero el colibrí que podía acercarse a las flores más delicadas sin mover uno solo de sus pétalos. Sus plumas brillaban bajo el sol como gotas de lluvia y reflejaban todos los colores. Entonces los hombres trataron de atrapar al pájaro precioso para adornarse con sus plumitas. Los dioses se enojaron y ordenaron: “si alguien lo atrapa, el colibrí morirá”.
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